FW: La dieta mediterránea reduce un 83% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, según un estudio de la Universidad de Navarra
Una de cada 20 personas en el mundo padece la enfermedad, y se calcula que alcanzará niveles pandémicos en 2030
De izquierda a derecha, los autores de la investigación: Jorge M. Núñez Córdoba, Arancha Tortosa, Carmen de la Fuente, Maira Bes Rastrollo, Miguel Ángel Martínez-González, Silvia Benito, Juan José Beunza, Zenaida Vázquez y Francisco Javier Basterra Gortari.
Foto: Manuel Castells
Las personas que basan su alimentación en la dieta mediterránea tradicional -rica en aceite de oliva, frutas, frutos secos, verduras y pescado, moderada en alcohol y baja en carne, y productos lácteos- presentan menor riesgo de padecer diabetes tipo 2. Así lo concluyó una investigación realizada por científicos del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y publicada por la revista British Medical Journal. Concretamente, la reducción relativa del riesgo fue del 83% para quienes seguían este patrón alimentario.
Los hallazgos del estudio de la cohorte SUN (Seguimiento Universidad de Navarra) se basan en la valoración bienal de los hábitos alimentarios, el estilo de vida y la salud de 13.000 voluntarios licenciados españoles durante una media de más de cuatro años.
"Sorprendentemente, quienes mejor seguían el patrón alimentario mediterráneo clásico poseían a priori más factores de riesgo de sufrir diabetes, como edad avanzada o antecedentes familiares de diabetes, y entre ellos había más ex fumadores. A pesar de que por estos motivos tenían más predisposición a padecerla, la desarrollaron con menor frecuencia, lo que sugiere que ese patrón proporciona una protección sustancial", asegura Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública y director del estudio.
Alto consumo de fibra vegetal y aceite de oliva virgen
Según explica, las principales características de la dieta mediterránea son "un consumo alto en fibra y grasas vegetales, bajo en ácidos grasos 'trans' y una ingesta moderada de alcohol. Uno de sus elementos clave reside en el uso abundante de aceite de oliva virgen para cocinar, freír, untar en el pan y aliñar ensaladas".
El profesor de la Universidad de Navarra apunta que una de cada veinte personas en el mundo padecen actualmente esta enfermedad, y se calcula que alcanzará niveles pandémicos en 2030. En ese sentido, pone énfasis en las conclusiones del artículo: "Es sabido que el incremento en la actividad física y la pérdida de peso disminuyen la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2. Asimismo, estudios previos han demostrado el papel preventivo de este patrón alimentario frente a las enfermedades cardiovasculares. No obstante, hasta ahora se conocía poco sobre la repercusión de la dieta tradicional mediterránea para prevenir la diabetes".
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