| Sobre diagnóstico y tratamiento de la diabetes, el profesional indicó que "es bastante simple, si se lo compara con los distintos tratamientos a considerar, según el tipo que se trate: un simple análisis de sangre, como estudio complementario a signos y síntomas de la enfermedad, hacen la pesquisa diabética en la mayoría de los casos".
Además señaló que "si bien aún persiste el concepto generalizado de diabetes tipo 1 y 2, para referirse a esta enfermedad, es importante tener en cuenta al momento de realizar un diagnóstico adecuado que existen otros tipos de diabetes. Los criterios de clasificación y diagnóstico de la diabetes mellitus elaborados por el National Diabetes Data Group y recomendados por la OMS, han sido revisados por el Comité de Expertos para el Diagnóstico y Clasificación de la Diabetes Mellitus de la Asociación Americana de Diabetes (ADA). La denominación clásica tipo 1 y 2, que significa si es o no insulino dependiente, debemos mejor considerarla por la etiología (causa) que produce la diabetes mellitas, y no si depende o no de la insulina. Así tenemos: diabetes mellitus, tipo 1 (a. inmunomediada, y b. idiomática); tipo 2; otros tipos específicos (como: defectos genéticos en la célula beta del páncreas, defectos genéticos en la acción de la insulina, y endocrinopatías, entre otras; y finalmente, la diabetes mellitus gestacional (que se produce en el embarazo)". El criterio moderno para diagnosticar la diabetes mellitas se puede resumir de la siguiente manera: 1) Síntomas de diabetes (aumento de la sed, orina excesiva, pérdida de peso, aumento del apetito, etc.) más valores de glucosa plasmática obtenidas al azar, mayores a 200 mg/dl. "Al azar, significa que la muestra de sangre se obtiene en cualquier momento del día, sin considerar horas de ayuno como en los análisis clásicos", explicó Schlimovich.
"En segundo término, la clásica glucemia en ayunas (ocho horas de ausencia de ingesta calórica) o GPA (glucosa plasmática en ayunas) de 126 mg/dl; y por último, una curva de tolerancia a la glucosa post carga oral de 75 g de glucosa anhidra en 375 ml de agua (Potg), con valores de glucemia de 200mg/dl, luego de transcurridas dos horas de la ingesta de azúcar oral". "En la práctica, se define como glucemia plasmática en ayunas (GPA) normal, cuando es menor a 110 mg/dl; glucemia en ayunas alterada (GAA) entre 110 y 126 mg/dl; y diagnóstico provisorio de diabetes mellitus cuando es mayor de 126 mg/dl. El término provisorio se refiere a que debe ser confirmado por otros estudios. Con respecto a la curva de tolerancia a la glucosa post carga oral, podemos considerar valores normales menores a 140 mg/dl, valores alterados entre 140 y 200 mg/dl, y diagnóstico provisorio de diabetes mayores a 200", acotó el endocrinólogo. Métodos de diagnóstico El especialista destacó que "hay tres maneras posibles de diagnosticar diabetes. Cada una debe ser confirmada mediante alguno de los tres métodos mencionados anteriormente. En ausencia de hiperglucemia con descompensación metabólica aguda (como sucede en la diabetes tipo 1), estos criterios se deben confirmar repitiendo la prueba otro día. No se recomienda la determinación de Potg para uso clínico rutinario", detalló. Tratamiento Respecto al tratamiento de la diabetes mellitus, Schlimovich indicó a Salud y Bienestar que "puede resultar simple en algunos casos, y más complejos en otros, según el tipo de diabetes que se trate, el estado general del paciente, el momento de manifestarse la enfermedad y si hay o no complicaciones al momento del tratamiento, entre otros aspectos a tener en cuenta. No es lo mismo una diabetes tipo 1, que se manifiesta mayormente en la niñez y necesita generalmente de inyección de insulina diaria (entre otras medidas como una dieta específica horaria y ejercicios controlados), que la diabetes tipo 2, que responde generalmente bien a un cambio en el estilo de vida (alimentación adecuada, descenso de peso, actividad física regular, manejo del hiper estrés, et.). En este último caso, en algunos pacientes puede ser necesario incluir medicación oral hipoglucemiante, y en otros excepcionales, insulina". También aconsejó "no abusar de la medicación oral en la diabetes tipo 2, hecho que es bastante habitual, e insistir con los pacientes en la necesidad de cambio de hábitos en el estilo de vida, ya que generalmente la enfermedad suele controlarse de manera efectiva con estas simples pero poderosas medidas. La clave está en cómo estimular a los pacientes para que comiencen el cambio en el estilo de vida. Por otra parte, al mejorar las condiciones del estado general del organismo, mediante estos cambios de actitud, se mejora el estado de salud global y el paciente se encuentra en mejores condiciones para afrontar cualquier tipo de contingencia y prevenir otras enfermedades que puedan estar asociadas", remarcó Schlimovich. "El concepto general del tratamiento de la diabetes, es reproducir lo que el organismo debería realizar normalmente, es decir, mantener el apropiado balance de insulina y glucosa en la sangre, y que las células reciban apropiadamente la glucosa necesaria para producir energía. La diabetes se controla manteniendo los niveles de glucosa en sangre tan cerca de los rangos normales como sea posible a cualquier hora del día, tanto en ayunas, como después de las comidas. Los valores normales de glucemia oscilan entre 70-110 mg./dl". Al ingerir los alimentos diarios, los niveles de azúcar se elevan en la sangre circulante, y la insulina y el ejercicio moderado sostenido hacen que estos niveles disminuyan a valores normales. El control de esta enfermedad es un constante balance de estos tres elementos básicos, además de mantener un estrés normal, y para que esto se pueda lograr eficientemente, es necesaria la educación diabetológica del paciente. Si no se establece este balance existirá el riesgo de que suceda una de las dos emergencias diabéticas más comunes: 1) hipoglucemia (bajos niveles de azúcar en la sangre); y 2) hiperglucemia (elevados niveles de azúcar en la sangre). Schlimovich comentó a este suplemento que "si los niveles de azúcar se mantienen muy elevados por un periodo de tiempo prolongado, esto puede traer aparejado una situación peligrosa para los diabéticos, denominada cetoacidosis diabética. Si no se controla el elevado nivel de glucosa en la sangre por varios años, se pueden desarrollar las temibles complicaciones crónicas asociadas, que hemos comentado en la primera entrevista sobre el día de la diabetes. Las complicaciones crónicas de la diabetes representan el mayor problema de la enfermedad, pero es importante tener presente que la mayoría pueden ser prevenibles con un adecuado control de la diabetes". "Es importante que los diabéticos también supervisen ellos mismos su nivel de azúcar cuidadosamente. La mayoría de los métodos para supervisar la glucosa sanguínea requieren una muestra de sangre, el cual usualmente se obtiene usando un equipo automatizado de punción digital. Algunos medidores utilizan la muestra de sangre en un área menos sensible, tal como la parte de arriba del brazo, antebrazo o muslo; aunque es más inusual. Algunos aparatos usan una lucecita en vez de una lanceta para perforar la piel. La gota de sangre es colocada al extremo de una tira con una cubierta especial, que se le conoce como una tira de prueba o cintas glucémicas. La cinta tiene substancias químicas que le hace cambiar el color de acuerdo a la cantidad de glucosa en la sangre". Además de la supervisión diaria de azúcar en sangre, existen otras pruebas que pueden ser utilizadas. Una de ellas es la prueba de la hemoglobina glicosilada o HbA1c. "Este examen es de gran utilidad porque muestra el promedio de la cantidad de azúcar en sangre de los últimos 2-3 meses. La Hb A1c representa el mejor examen de laboratorio para saber si el azúcar en la sangre está bajo control o no. Se recomienda que el resultado de Hb A1c sea menor de l 7 por ciento", acotó. Tanto para la diabetes tipo 1 como tipo 2, Schlimovich concluyó que "es muy importante que cada paciente tome absoluto control de su enfermedad, siguiendo los consejos de un profesional capacitado en el manejo de la patología. De esta manera, se pueden obtener los mejores resultados del tratamiento porque, además de seguir las directivas del médico, al tener control sobre si mismo respecto a la enfermedad, desaparece o se minimiza el factor "miedo" que es un aspecto negativo para cualquier enfermedad. El miedo provoca tensión inducido principalmente por una hormona, el cortisol, y por un neurotransmisor: la noradrenalina. Ambas sustancias, que forman parte del llamado mecanismo de contra-regulación, entre otras hormonas, generan hiperglucemia (elevación del azúcar en sangre) y afectan los resultados del control. Además, por mecanismos aún no dilucidados, existen evidencias consistentes que demuestran que una buena predisposición mental puede poseer beneficios adicionales sobre la salud de las personas. Esta actitud puede repercutir positivamente sobre las enfermedades, y por supuesto sobre la diabetes".
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